martes, 18 de marzo de 2008

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Lo irreductible me sedujo un instante. Creí, con una buena fe de voluntario, en la mineralogía y en los minotauros. ¿Por qué razón los mitos no repoblarían la aridez de nuestras circunvoluciones? Durante varios siglos, la felicidad, la fecundidad, la filosofía, la fortuna, ¿no se hospedaron en una piedra?

Oliverio Girondo


1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay demasiadas cosas que no se pueden reducir, tal vez nada puede reducirse ni racionalizarse por completo. Pero lamento pensar que los mitos no pueden repoblar esta aridez, porque mayoritariamente quedamos hombres y mujeres de poca fe.

Pero vos podes escarbar piedras y darnos felicidad, fecundidad, cierta filosofía y mucha fortuna a través de imágenes como ésta.

Se agradece Sr. Katz.